miércoles, 16 de febrero de 2011

Gracias Febo

Siempre supiste como robarme una sonrisa

me llenaste de energía.

Siempre estuviste, aunque varias veces no te vi,

me diste fuerza y calor, y yo, mi amor.

Muchas veces abuse de vos, y pagué las consecuencias.

Tuvimos buenas y malas,

yo siempre te fui fiel, mas vos estas con todos, con cualquiera.

Sos mi termómetro y mi oráculo,

centro de vida, vientre materno universal.

El fuego solo trata de imitarte

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Enfermedad mortal

Tic tac, tic tac. Solo ese fastidioso sonido; sonido alguna vez comparado con el latido de un corazón, solo ese, fastidioso y constante, interrumpido por algún ruido callejero. Sonidos que las anteriores noches eran insignificantes y nunca interrumpían sus amadas horas de lectura.
Esta eterna espera del alba era distinta, las cosas eventuales no variaban, solo la más importante. El contenido del libro de turno era muy distinto a los demás, era un libro recomendado por no se quien, pero libro vacío, solo se podía encontrar en él caracteres que se unían y formaban palabras, y éstas, oraciones, y estás, párrafos y así hasta llegar a un texto completo, pero solo completo en su estructura formal, ya que en lo demás era un libro completamente vacío, vacío de sentimiento, vacío alma, o porque no, vacío de espíritu, llámenlo como quieran. A diferencia de los demás libros, este no despertaba sentimiento alguno en el empeñado lector, cosa que jamás paso en toda su no tan larga vida de aficionado a la lectura.
Sacó varias conclusiones: primero pensó que era normal esta situación, pero luego de reflexionar noto que eso era muy poco probable, ya que como todo buen lector había leído una buena cantidad de textos, de toda clase y género, y nunca había sucedido algo parecido. Siempre sintió algo al leerlos (aunque se ira o desagrado). En ese momento fue cuando por primera vez tuvo verdadero miedo, miedo fundado en el presentimiento de ya no poder hallar la pasión característica de los libros que el tanto aprecia, y no solo en ése, sino en todos los otros libros.
Buscando serenarse, se dirigió hacia los estantes que albergaban sus tesoros literarios, y tomó de entre estos su texto favorito -no recuerdo exactamente cual era éste, pero si que ya había sido leído por él cientos de veces y siempre logro despertar en él muchísimos sentimientos distintos- pero cuando empezó a leerlo no pudo concentrarse, ya que no podía dejar de pensar en el maldito texto, el cual intentó releer y otra vez nada y muchísimo mas terror, un doble terror, ya que ahora ya ni siquiera podía disfrutar los demás libros.
Intentó con todos los textos que encontró en los anaqueles sin lograr sentir algo, su presentimiento se confirmó. No podía leer más de unas líneas y debía dejarlos, y ya no por falta de concentración, a hora solo observaba libros totalmente vacíos, incluso con menos alma que el primero.
Luego del fundado ataque de pánico, se serenó y, creyendo ya no poder hacerlo, se puso a pensar que sería de su vida sin poder disfrutar de su hobby favorito, sabía que aun le quedaban otros pasatiempos, pero era obvio, y él lo sabía muy bien, que el mayor espacio de su vida lo ocupaba la lectura.
Luego de meditar por horas decidió no parar hasta encontrarle un remedio a esta situación, fue ahí cuando inmediatamente supo que la única forma de curarse era encontrar algún pequeño sentimiento en el libro malvado.
Pasó toda su vida tratando de lograr esta proeza. Perdió a sus amigos, su novia, sus ganas de comer y perdió el ánimo de disfrutar todas las cosas que en un momento supo apreciar. Se dedicó a hacer lo necesario para mantenerse vivo y así poder curarse.
Hoy recibí una carta de él, en la que me contaba esta historia y me pedía perdón por no haberse comunicado conmigo en todos estos años. Y contándome que, sin sentir pasión al leer, él perdió la pasión por vivir, y que vivió, solo para encontrar una solución. Y luego se resignó, como quien tiene una enfermedad incurable y solo pudo esperar morir. Me comentó que me escribía porque ya empezó a agonizar (todavía no sé si literalmente) y quería saludarme, ya que deseaba morir dignamente.
Ahí fue cuando recordé que era yo quien le había recomendado ese libro y que a mi no me había gustado, pero creí que él lo entendería mejor. Ahora estoy yendo a su casa tratando de evitar lo peor, no solamente porque quiero que viva, si solo fuera eso lo dejaría morir en paz, dignamente. Sino porque encontré el remedio que él buscaba, encontré la cura para su enfermedad
El interrogante es si llegare a tiempo para decirle que la solución era muy fácil, ¿llegaré a tiempo para decirle que ese libro sí despertó en él una pasión? pasión que se lo esta llevando a su tumba.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Reflexiones del día D


Hola, he vuelto. De donde, todavía no lo sé. Pero si sé porque; más allá de mis pocas ganas de escribir, hoy me veo obligado a hacerlo debido al momento trascendental que estamos viviendo.

Ustedes pensaran que voy a hablar de la ley de medios, o de que haya vuelto a ocurrir un golpe de estado en nuestra ya bastante golpeada América Latina. Pero no, voy a hablar de futbol, porque como nos enseña Sacheri, hablar de futbol es casi un deporte nacional.

Todos saben porque es un momento trascendental, estamos a horas de una final contra un rival durísimo, que tiene que ganar para intentar volver a la elite del futbol, elite de la que nosotros creemos formar parte.

Pero antes de hablar en si mismo del partido, quiero decir algo, DIEGO, TE BANCO A MORIR. Si luego de esta frase, usted quiere dejar de leer, hágalo sin reproche. Pero lo invito a que lea mis motivos. Lo banco porque él es lo que es, el es un tipo que vivió y vive haciendo lo que le dicta su corazón, sin filtros a la hora de hablar, pero sobre todo buscando romper con las estructuras impuestas, esto lo hizo como futbolista y como persona. Por supuesto que el último gran héroe tiene defectos, y capaz que más que el común de la gente. Es bocón, incoherente, busca enemigos donde no los hay, sospecho bastante que sepa algo de dirección técnica, etc, etc. Pero todo eso, lo compensa con su espíritu ganador, y su dios propio (no quiero decir que el es dios para que los religiosos no me censuren).

Y antes que el lector se tiente de rebatir mis ideas, le aclaro que yo también sé que con todo esto no alcanza para bancarlo a muerte, sobre todo cuando vemos los errores que comete día a día. Pero no están cansados de técnicos que sepan mucho y que después no le ganen a nadie a la hora de los bifes.

A decir verdad, a horas del partido, tengo sensaciones encontradas. Por un lado tengo miedo, la posibilidad de quedar out son ciertas. Pero por otro, me gusta llegar al mundial por la puerta de atrás, sin que nadie apueste nada por nosotros. El problema es que a ese mundial hay que llegar.

Otro de los motivos por lo que lo banco a Maradona, es porque viendo su poca capacidad para dirigir, me cuestiono quien fue el que lo puso ahí. Y este fue don Julio, el inamovible emperador. Acaso él no sabía que Diego es bocón, un poco (bastante) soberbio, mal llevado, y que los equipos que dirigió fracasaron rotundamente. Oponiéndose a esto, un amigo, el otro día me decía que Grondona lo puso por pedido de la gente. Ahora, no están los que toman decisiones para no dejarse llevar por el clamor popular. Imagínense que cada dirigente (político, de futbol, de voley) se deje llevar por la gente ante cada decisión importante, sería un caos, tendríamos que votar en una especie de plebiscito cada asunto. Por otro lado, me parece que el clamor popular para que Diego sea el técnico no era tanto. Me parece que a la mayoría la cosa de Maradona técnico autocandidateado no le gustaba mucho, pero con el correr de los días, en ese momento, nos fuimos acostumbrando a la idea, y viendo sus ganas, nos convenció. Pero de ahí a un clamor popular casi unánime, hay mucho.

También me parece que es momento de criticar a los jugadores, quienes ya se comieron a un técnico. Lo digo con todas las letras: Messi hacete dar. Y no me vengan que en el Barça juega y le juegan distinto, ni que en Europa son más ingenuos para la marca. El tipo no pudo pasar a ni un peruano ni a un paraguayo. Pero a la hora de jugar contra los “mejores” equipos y jugadores, la rompe. Ojala que me termine tapando la boca (por no decir el culo), la descosa, nos lleve al mundial y ahí vuelva a romperla. Ojala

Me toca hablar del partido, como ya dije, es una final. Y en las finales solo una cosa importa, ganar. En este caso capaz que empatar sirva, pero no tenemos que ir con esa idea. Lo negativo, la presión, que nunca ganamos de visitante, que los uruguayos tienen muchos amor propio. Pero lo positivo es que por primera vez el rival tiene que salir a buscar el partido. Obviamente que viendo como estamos jugando, esto no significa nada ya que nuestro problema no es la falta de espacios. ¿Cúal es el problema? No estoy muy seguro, sé que Maradona puede ser uno, pero no el único, y probablemente tampoco el más importante.

De todo lo que digo me hago cargo pase lo que pase esta noche. Y recuerden que esto lo dije más de 12 horas antes de iniciado el partido, y cerca de 8 meses antes del mundial. No vaya a ser cosa que los grandes veletas de siempre se sumen el año que viene al éxito del triunfo.

viernes, 8 de mayo de 2009

Solo por hoy

Este es un texto que encontré dando vuelta por ahí, no sé quien lo escribió pero calculo que puede ser absolutamente cualquiera. Tampoco le encontré fecha, ya que calculo que a su autor le puede servir todos los días. Este es el texto:


"Solo por hoy, solo por hoy, solo por hoy.

Solo por hoy voy a ser el peor de los hijos de puta

Solo por hoy me voy a cagar en el mundo. Solo por hoy voy a cagar a mi vecino, a mi colega, a mi amiga, a mi pareja, a mi hermano, a mi prima, a mi perro y hasta a mi vieja.

Pero solo por hoy me voy a quedar con el vuelto, solo por ser hoy voy a aceptar una coima, solo por hoy voy a putear a todo el mundo sin motivo alguno, solo por hoy voy a quedarme con lo que no es mío.

Solo por hoy me voy a creer mejor que todos, solo por hoy me voy a burlar del mundo, me voy a reír del gallego, del perucho, del bolita, de todos. Solo por hoy no voy a mirar mis miserias, por que solo por hoy, también soy el mejor

Mi vecino es un boludo, mi amigo es un inútil, mi viejo un antiguo, mi prima una yegua, mi chica una tonta. Mi perro ladra mucho, y mi jefe manda mucho. Yo soy mejor que ellos, porque yo conozco mis defectos y mis errores, que solo por hoy, no existen.

Pediría perdón, pero solo por hoy soy un soberbio, pero si no lo fuera pediría perdón por el forro que soy hoy, por cagarme en todos. Pero no puedo pedir perdón; como yo voy a pedir perdón, si soy el mejor, yo me las sé todas y jamás me equivoco, jamás, aunque solo por hoy, solo por este día."

domingo, 19 de abril de 2009

Gracias Eva


Gracias Eva, o gracias Adán, para el caso es lo mismo. La verdad no recuerdo bien como fue el tema de quien probó, quien tentó a quien. Tampoco tengo una biblia a mano para corroborar, pero eso es lo de menos (por favor sr. lector no critique a este narrador por su pereza, entienda que para el caso es lo mismo como se dieron los hechos).

Lo importante aquí es lo que sucedió luego del episodio con la manzana, también conocido como fruto prohibido. Por supuesto, me refiero a la expulsión de esta pareja del Edén. Y no es que no me gustaría vivir en un paraíso lleno de mujeres (casi) desnudas, todo impregnado de amor y tolerancia, quien no sueña con esa utopía.

También es cierto que un amigo fanático de las manzanas, una vez me dijo que no sería de su agrado vivir ahí debido a la prohibición de dicho fruto, para el sería (y por ahí exagero con la comparación) como si a mi me llevaran al mejor lugar del mundo, donde tengo todo, absolutamente todo lo que quiero, pero no tengo el asado. Pero me fui de tema. Retomo, la vida basada en amor y tolerancia bárbaro, pero no todo es tan lindo.

El problema es que en este paradisíaco jardín no se podría concebir la posibilidad de pecar, y estoy seguro que a casi todos nos agradaría vivir en un lugar sin robos, sin muertes y en donde todos respetemos a nuestros padres y madres. Pero a mí de purrete me enseñaron que existen ciertas cosas llamadas pecados capitales. Por cierto, hay una muy buena peli cuyo titulo original es “Seven” y la traducen "pecados capitales", al que no la vio (deben ser pocos) se la recomiendo, me fui de tema.

Volviendo a lo central, estos pecados son la gula, la avaricia, la pereza, la lujuria, la soberbia, la envidia y la ira.

Continuando con la idea, también me gustaría vivir en un mundo solidario sin avaros, o en un lugar sin envidia, o en el que la ira sea la excepción, y no una actitud que vemos tan a diario que a veces la creemos tan necesaria como coger.

Hasta acá, viviendo sin avaricia, sin ira y sin envidia, todo bien, pero ahora, vivir sin los otros cuatro ¿a que clase de dios hijo de remil putas se le ocurría privarnos de semejantes placeres que no hacen mal a nadie?

Porque yo entiendo que cuando por ahí uno come de más, le estoy privando a alguien de comer, ¿pero en el edén no se supone que habría comida para todos? Fijate, tenés para comer lo que quieras (excepto manzana), pero te tenés que privar del matambre al roquefort que dejaste para el final, porque con lo anterior ya comiste suficiente. O le tenés que decir que no al ultimo pedazo de pizza. Y ni hablar cuando te cocina un amigo, vos no das más, pero él, por último, te trae una bondiolita de cerdo al champignon, pero vos ya estás lleno, entonces no solo que rechazas un manjar, sino que ofendes al cocinero. Eso sería ser un dios bien garca.

O en otra situación, ¿Qué carajo haces cuando te levantas una minita? ¿Le lees un poema? ¿Le cebas unos mates? ¿Le haces un masaje de pies? ¿Y después? Porque todo esto es un excelente aperitivo, pero después, que mierda, ni la paja te podes hacer, porque la lujuria es pecado.

También sé perfectamente que el sexo en el matrimonio no es pecado (aunque dudo mucho si se trata de lujuria o no). Pero imagínense, le hacen la fiestita a su amada esposa, experimentan varias poses, la pasan bomba, pero cuando tu mujer llega al clímax, ese momento en que te aprieta la espalda y se le dan vuelta los ojos, uno no tiene la posibilidad de sentirse el mejor amante del mundo ni por un segundo, porque, oh sorpresa, también esta prohibida la soberbia.

Y por último, estás en un lugar en el que no tenés que hacer un joraca, no tenés que trabajar, no tenés que estudiar, no tenés que cazar ni pescar tu comida porque tenés todo a tu alcance, pero te prohíben la pereza. ¿Qué mierda vas a hacer? Seguro te mandan como en la Alemania de entre guerras, a cavar pozos y después taparlos, para que no estemos al pedo. Si eso es precisamente lo que uno hace en un lugar paradisíaco en donde esta todo a tu alcance (deje para el final la pereza porque es donde más contradictorio encuentro ese lugar).

Para que entiendan, toda esta situación que acontinuación narro estaría prohibida: te levantas una mina, la re garchas como si fuera la ultima vez, la haces acabar 6,7,8 mil veces, te sentís como un dios sexual. Inmediatamente después de eso te quedas un rato largo (si querés te fumas un pucho o un faso, o te tomas una copita de tu bebida favorita) recuperando fuerzas. Pero después del sexo necesitas recargar energía, y por ende -como enseña el gran Filósofo contemporáneo, Fontanarrosa[1]-, te agarra hambre y, por supuesto, tenés que comer, y cuando uno está hambriento no para de comer cuando se llenó, para de comer cuando no le entra más un mísero bocado. Y continuando, como estás por explotar, haces un sobremesa con todos los vasos de fernet que sean necesarios. En esa situación que narré, ¿Cuántos placeres hay?, ¿Los contaron? Bueno, como dije antes, todos, absolutamente todos, en el edén estarían prohibidos

Es por eso que les agradezco, a ambos, por hacer que a los humanos nos echen de jardín del edén, porque no quiero vivir en un lugar donde estén prohibidos esos cuatro placeres. Ese lugar, más que un paraíso, para mi sería por lo menos un purgatorio, aunque sin duda, con el tiempo, sería peor que el mismisimo averno.


[1] Ver el cuento “el mundo ha vivido equivocado”

miércoles, 8 de abril de 2009

El Francés con acento Italiano

Sí, sé que no es imposible que un francés hable italiano, ni que tenga acento italiano. Esto puede suceder de varias formas posiblemente fácil de imaginar. Lo yo no me creo es que en los Simpsons se busque estereotipar a un francés haciéndolo hablar con acento italiano, cosa que efectivamente sucede en el capítulo de la temporada 11 llamado "Adivina quien viene a criticar", capítulo en el cual nuestro querido Homero se convierte en crítico gastronómico.
Hablando con otras personas, barajamos varias hipótesis:
  1. Al querido Matt Groening y sus secuaces les chupa un huevo el resto del mundo, y para ellos todos los europeos son más o menos lo mismo.
  2. Los del doblaje son unos idiotas, y no diferencian el acento y la bandera francesa del acento y la bandera tana, por lo que son unos idiotas ignorantes
  3. Para los del doblaje italianos y franceses son más o menos lo mismo, asimilandolo con los mencionados en la teoría numero 1, por lo que se convierten en unos simples giles ignorantes
  4. Al momento de hacer el doblaje no había nadie que hiciera acento francés, y pensado que todos somos idiotas, o simplemente no les importo un corno, le dieron para adelante con lo primero más o menos similar que encontraron, por lo que se transforman en unos incompetentes
Como vemos, 3 hipótesis involucran a los responsables del doblaje. La primera (que involucra a los creadores originales) es la primera en caer, ya que me tome el trabajo de encontrar el episodio en su idioma original y en él no hay error, el francés tiene acento francés (no cargué el video por problemas técnicos, se los debo).
Es por eso que no me cabe duda, los del doblaje son unos infelices, ya que todo se resume que de alguna u otra forma (ya sea porque son unos idiotas, unos giles o unos incompetentes) ellos son los únicos culpables de esto.
De todas formas, la serie no pierde la calidad por esto. Y sé que muchos estarán pensando que soy un pelotudo por perder tiempo analizando este mínimo detalle. Pero siendo que mucha parte de la grandeza de los Simpsons está en sus detalles, me pareció oportuno este análisis.


Hasta la próxima

viernes, 27 de febrero de 2009

El niño perdido en la intemperie.

Acá encontré otra obra de nuestra hermano uruguayo, es del año 91, pero ya saben que las cosas buenas no pierden actualidad. El título del relato es el título de esta entrada. La imagen no tiene nada que ver con la idea central del relato (aunque obviamente tiene relación), simplemente quería decorar esta entrada, y esta foto me pareció (in)oportuna



En Bucarest, una grúa se lleva la estatua de Lenin. En Moscú, una multitud ávida hace cola a las puertas de McDonald's. El abominable muro de Berlín se vende en pedacitos, y Berlín Este confirma que está ubicado a la derecha de Berlín Oeste. En Varsovia y en Budapest, los ministros de Economía hablan igualito que Margaret Thatcher. En Pekín también, mientras los tanques aplastan a los estudiantes. El Partido Comunista Italiano, el más numeroso de Occidente, anuncia su próximo suicidio. Se reduce la ayuda soviética a Etiopía y el coronel Mengistu descubre, súbitamente, que el capitalismo es bueno. Los sandinistas, protagonistas de la revolución mas linda del mundo, pierden las elecciones: «Cae la revolución en Nicaragua», titulan los diarios.

Parece que ya no hay sitio para las revoluciones, como no sea en las vitrinas del Museo Arqueológico, ni hay lugar para la izquierda, salvo para la izquierda arrepentida que acepta sentarse a la diestra de los banqueros. Estamos todos invitados al entierro mundial del socialismo. El cortejo fúnebre abarca, según dicen, a la humanidad entera.

Yo confieso que no me lo creo. Estos funerales se han equivocado de muerto.

En Nicaragua, pagan justos por pecadores

La perestroika, y la pasión de la libertad que la perestroika desató, han hecho saltar por todas partes las costuras de un asfixiante chaleco de fuerza. Todo estalla. A ritmo de vértigo, se multiplican los cambios, a partir de la certeza de que la justicia social no tiene por qué ser enemiga de la libertad ni da la eficiencia. Una urgencia, una necesidad colectiva: la gente ya no daba más, la gente estaba harta de una burocracia tan poderosa como inútil, que en nombre de Marx le prohibía decir lo que pensaba y vivir lo que sentía. Toda espontaneidad era culpable de traición o locura.

¿Socialismo, comunismo? ¿O todo esto era, más bien, una estafa histórica? Yo escribo desde un punto de vista latinoamericano, y me pregunto: si así fue, si así fuera, ¿por qué vamos a pagar nosotros el precio de esa estafa? En ese espejo nunca estuvo nuestra cara.

En las recientes elecciones de Nicaragua, la dignidad nacional ha perdido la batalla. Fue vencida por el hambre y la guerra; pero también fue vencida por los vientos internacionales, que están soplando contra la izquierda con más fuerza que nunca. Injustamente, pagaron justos por pecadores. Los sandinistas no son responsables de la guerra, ni del hambre; ni cabe atribuirles la menor cuota de culpa por cuanto ocurría en el este. Paradoja de paradojas: esta revolución democrática, pluralista, independiente, que no copió a los soviéticos, ni a los chinos, ni a los cubanos, ni a nadie, ha pagado los platos que otros rompieron, mientras el Partido Comunista local votaba por Violeta Chamorro.

Los autores de la guerra y del hambre celebran, ahora, el resultado de las elecciones, que castiga a las víctimas. El día siguiente, el gobierno de los Estados Unidos anunció el fin del embargo económico contra Nicaragua. Lo mismo había ocurrido, años atrás, cuando el golpe militar de Chile. Al día siguiente de la muerte de Allende, el precio internacional del cobre subió por arte de magia.

En realidad, la revolución que derribó a la dictadura de la familia Somoza no tuvo, en estos diez años largos, ni un minuto de tregua. Fue invadida todos los días por una potencia extranjera y sus criminales de alquiler, y fue sometida a un incesante estado de sitio por los banqueros y los mercaderes dueños del mundo. Y así y todo se las arregló para ser una revolución más civilizada que la francesa, porque a nadie guillotinó ni fusiló, y más tolerante que la norteamericana, porque en plena guerra permitió, con algunas restricciones, la libre expresión de los voceros locales del amo colonial.

Los sandinistas alfabetizaron Nicaragua, abatieron considerablemente la mortalidad infantil y dieron tierra a los campesinos. Pero la guerra desangró al país. Los daños de guerra equivalen en una vez y media al Producto Bruto Interno, lo que significa que Nicaragua fue destruida una vez y media. Los jueces de la Corte Internacional de La Haya dictaron sentencia contra la agresión norteamericana, y eso no sirvió para nada. Y tampoco sirvieron para nada las felicitaciones de los organismos de las Naciones Unidas especializados en educación, alimentación y salud. Los aplausos no se comen.

Los invasores rara vez atacaron objetivos militares. Sus blancos preferidos fueron las cooperativas agrarias. ¿Cuántos miles de nicaragüenses fueron muertos o heridos, en esta década, por orden del gobierno de los Estados Unidos? En proporción, equivaldrían a tres millones de norteamericanos. Y sin embargo, en estos años, muchos miles de norteamericanos visitaron Nicaragua y fueron siempre bien recibidos, y a ninguno le pasó nada. Sólo uno murió. Lo mató la contra. (Era muy joven y era ingeniero y era payaso. Caminaba perseguido por un enjambre de niños. Organizó en Nicaragua la primera Escuela de Clowns. Lo mató la contra mientras medía el agua de un lago para hacer una represa. Se llamaba Ben Linder).

La trágica soledad de Cuba

Pero, ¿y Cuba?, ¿No ocurre también allí, como ocurría en el este, un divorcio entre el poder y la gente? ¿No está la gente, también allí, harta del partido único y la prensa única y la verdad única?

«Si yo soy Stalin, mis muertos gozan de buena salud», ha dicho Fidel Castro, y por cierto que no es ésta la única diferencia. Cuba no importó desde Moscú un modelo prefabricado de poder vertical, sino que fue obligada a convertirse en una fortaleza para que su todopoderoso enemigo no se la almorzara con cuchillo y tenedor. Y fue en esas condiciones que este pequeño país subdesarrollado logró algunas hazañas asombrosas: hoy por hoy, Cuba tiene menos analfabetismo y menos mortalidad infantil que los Estados Unidos. Por lo demás, a diferencia de varios países del este, el socialismo cubano no fue ortopédicamente impuesto desde arriba y desde afuera, sino que nació desde muy adentro y creció desde muy abajo. Los muchos cubanos que han muerto por Angola o han dado lo mejor de sí por Nicaragua a cambio de nada, no han estado cumpliendo sumisamente, y a contracorazón, las órdenes de un Estado policial. Si así hubiera sido, sería inexplicable: nunca hubo deserciones y siempre sobró fervor.

Ahora Cuba está viviendo horas de trágica soledad. Horas peligrosas: la invasión de Panamá y la desintegración del llamado campo socialista influyen de la peor manera, me temo, sobre el proceso interno, favoreciendo la tendencia a la cerrazón burocrática, la rigidez ideológica y la militarización de la sociedad.

Cara y cruz de los nuevos tiempos

Ante Panamá, Nicaragua o Cuba, el gobierno de los Estados Unidos invoca la democracia como los gobiernos del este invocaban el socialismo: a modo de coartada. A lo largo de este siglo, América Latina ha sido invadida más de cien veces por los Estados Unidos. Siempre en nombre de la democracia, y siempre para imponer dictaduras militares o gobiernos títeres que han puesto a salvo al dinero amenazado. El sistema imperial de poder no quiere países democráticos. Quiere países humillados.

La invasión de Panamá fue escandalosa, con sus siete mil víctimas entre los escombros de los barrios pobres arrasados por los bombardeos; pero más escandalosa que la invasión fue la impunidad con que se realizó. La impunidad, que induce a la repetición del delito, estimula al delincuente. Ante este crimen de soberanía, el presidente Mitterrand hizo sonar su discreto aplauso y el mundo entero se cruzó de brazos, después de pagar el impuestito de una que otra declaración.

En este sentido, resulta elocuente el silencio, y hasta la mal disimulada complacencia, de algunos países del este. ¿La liberación del este implica luz verde para la opresión del oeste? Yo nunca compartí la actitud de quienes condenaban al imperialismo en el mar Caribe, pero aplaudían o se callaban la boca cuando la soberanía nacional era pisoteada en Hungría, Polonia, Checoslovaquia o Afganistán. Puedo decirlo, porque no tengo cola de paja: el derecho a la autodeterminación de los pueblos es sagrado, en todos los lugares y en todos los momentos. Bien dicen por ahí que las reformas democráticas de Gorbachov han sido posibles porque la Unión Soviética no corría el riesgo de ser invadida por la Unión Soviética. Y simétricamente, bien dicen por ahí que los Estados Unidos están a salvo de cuartelazos y dictaduras militares, porque en los Estados Unidos no hay embajada de los Estados Unidos.

Sin sombra de duda, la libertad es siempre una buena noticia. Para el este, que la está protagonizando con justo júbilo, y para todo el mundo. Pero, en cambio, ¿son una buena noticia los elogios al dinero y a las virtudes del mercado? ¿La idolatría del american way of life? ¿Las cándidas ilusiones de ingreso al Club Internacional de los Ricos? La burocracia, que sólo es ágil para acomodarse, se está adaptando aceleradamente a la nueva situación, y los viejos burócratas empiezan a convertirse en nuevos burgueses.

Hay que reconocer, desde el punto de vista latinoamericano y del llamado Tercer Mundo, que el difunto bloque soviético tenía, al menos, una virtud esencial: no se alimentaba de la pobreza de los pobres, no participaba del saqueo del mercado internacional capitalista y, en cambio, ayudaba a financiar la justicia en Cuba, en Nicaragua y en muchos otros países. Yo sospecho que esto será, de aquí a poco, recordado con nostalgia.

Una pesadilla realizada

Para nosotros, el capitalismo no es un sueño a realizar, sino una pesadilla realizada. Nuestro desafío no consiste en privatizar al Estado, sino en desprivatizarlo. Nuestros Estados han sido comprados, a precio de ganga, por los dueños de la tierra y los bancos, y todo lo demás. Y el mercado no es, para nosotros, más que una nave de piratas: cuanto más libre, peor. El mercado local, y el internacional. El mercado internacional nos roba con los dos brazos. El brazo comercial nos vende cada vez más caro y nos compra cada vez más barato. El brazo financiero que nos presta nuestro propio dinero, nos paga cada vez menos y nos cobra cada vez más.

Vivimos en una región de precios europeos y salarios africanos, donde el capitalismo actúa como aquel buen hombre decía: «Me gustan tanto los pobres, que siempre me parece que no hay suficiente cantidad». Sólo en Brasil, pongamos por caso, el sistema mata mil niños por día de enfermedad o de hambre. En América Latina, el capitalismo es antidemocrático, con o sin elecciones: la mayoría de la gente está presa de la necesidad y está condenada a la soledad y a la violencia. El hambre miente, la violencia miente: dicen pertenecer a la naturaleza, simulan formar parte del orden natural de las cosas. Cuando ese «orden natural» se desordena, los militares entran en escena, encapuchados o a cara descubierta. Como dicen en Colombia: «El costo de la vida sube y sube, y el valor de la vida baja y baja».

Pasito a paso

Las elecciones de Nicaragua fueron un golpe muy duro. Un golpe como del odio de Dios, que decía el poeta. Cuando supe el resultado yo fui, y todavía soy, un niño perdido en la intemperie. Un niño perdido, digo, pero no solo. Somos muchos. En todo el mundo, somos muchos.

A veces siento que nos han robado hasta las palabras. La palabra socialismo se usa, en el oeste, para maquillar a la injusticia; en el este, evoca al purgatorio, o quizás al infierno. La palabra imperialismo está fuera de moda y ya no existe en el diccionario político dominante, aunque el imperialismo sí existe y despoja y mata. ¿Y la palabra militancia? ¿Y el hecho mismo de la pasión militante? Para los teóricos del desencanto, es una antigualla ridícula. Para los arrepentidos, un estorbo de la memoria.

En pocos meses, hemos asistido al naufragio estrepitoso de un sistema usurpador del socialismo, que trataba al pueblo como a un eterno menor de edad y lo llevaba de la oreja. Pero hace tres o cuatro siglos, los inquisidores calumniaban a Dios cuando decían que cumplían sus órdenes; y yo creo que el cristianismo no es la Santa Inquisición. En nuestro tiempo, los burócratas han desprestigiado la esperanza y han ensuciado la más bella de las aventuras humanas; pero yo también creo que el socialismo no es el estalinismo.

Ahora hay que volver a empezar. Pasito a paso, sin más escudos que los nacidos de nuestros propios cuerpos. Hay que descubrir, crear, imaginar. En el discurso que Jesse Jackson pronunció poco después de su derrota, en los Estados Unidos, él reivindicó el derecho de soñar: «Vamos a defender ese derecho», dijo: «No vamos a permitir que nadie nos arrebate ese derecho». Y hoy, más que nunca, es preciso soñar. Soñar, juntos, sueños que se desensueñen y en materia mortal encarnen, como decía, como quería otro poeta. Peleando por ese derecho, viven mis mejores amigos; y por él algunos han dado la vida.

Este es mi testimonio. ¿Confesión de un dinosaurio? Quizás. En todo caso, es el testimonio de alguien que cree que la condición humana no está condenada al egoísmo y a la obscena cacería del dinero, y que el socialismo no murió, porque todavía no era: que hoy es el primer día de la larga vida que tiene por vivir.

Eduardo Galeano, El tigre azul y otros relatos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1991.