miércoles, 25 de febrero de 2009

Cortito pero muy bueno

"Celebración de la fantasía:

Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo, cerca del cuzco. Yo me había desprendido de un grupo de turistas y estaba solo, mirando de lejos las ruinas de piedras, cuando un niño de lugar, enclenque, haraposo, se acercó a pedirme que le regale una lapicera. No podía darle la lapicera que tenía, porque la estaba usando en no sé qué aburridas anotaciones, pero le ofrecí dibujarle un cerdito en la mano.
Súbitamente, se corrió la voz. De buenas a primeras me encontré rodeado de un enjambre de niños que exigían, a grito pelado, que yo les dibujara bichos en sus manitos cuarteadas de mugre y frío, pieles de cuero quemado: había quien queria un cóndor y quién una serpiente, otros preferían loritos o lechuzas, y no faltaban los que pedían un fantasma o un dragón.
Y entonces en medio de aquel alboroto, un desamparadito que no alzaba más de un metro del suelo, me mostró un reloj dibujado con tinta negra en su muñeca:
-Me lo mandó un tío mío, que vive en Lima -dijo.
-¿Y anda bien? -Le pregunté
-Atrasa un poco -Reconoció "

Eduardo Galeano, El libro de los Abrazos

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