domingo, 19 de abril de 2009

Gracias Eva


Gracias Eva, o gracias Adán, para el caso es lo mismo. La verdad no recuerdo bien como fue el tema de quien probó, quien tentó a quien. Tampoco tengo una biblia a mano para corroborar, pero eso es lo de menos (por favor sr. lector no critique a este narrador por su pereza, entienda que para el caso es lo mismo como se dieron los hechos).

Lo importante aquí es lo que sucedió luego del episodio con la manzana, también conocido como fruto prohibido. Por supuesto, me refiero a la expulsión de esta pareja del Edén. Y no es que no me gustaría vivir en un paraíso lleno de mujeres (casi) desnudas, todo impregnado de amor y tolerancia, quien no sueña con esa utopía.

También es cierto que un amigo fanático de las manzanas, una vez me dijo que no sería de su agrado vivir ahí debido a la prohibición de dicho fruto, para el sería (y por ahí exagero con la comparación) como si a mi me llevaran al mejor lugar del mundo, donde tengo todo, absolutamente todo lo que quiero, pero no tengo el asado. Pero me fui de tema. Retomo, la vida basada en amor y tolerancia bárbaro, pero no todo es tan lindo.

El problema es que en este paradisíaco jardín no se podría concebir la posibilidad de pecar, y estoy seguro que a casi todos nos agradaría vivir en un lugar sin robos, sin muertes y en donde todos respetemos a nuestros padres y madres. Pero a mí de purrete me enseñaron que existen ciertas cosas llamadas pecados capitales. Por cierto, hay una muy buena peli cuyo titulo original es “Seven” y la traducen "pecados capitales", al que no la vio (deben ser pocos) se la recomiendo, me fui de tema.

Volviendo a lo central, estos pecados son la gula, la avaricia, la pereza, la lujuria, la soberbia, la envidia y la ira.

Continuando con la idea, también me gustaría vivir en un mundo solidario sin avaros, o en un lugar sin envidia, o en el que la ira sea la excepción, y no una actitud que vemos tan a diario que a veces la creemos tan necesaria como coger.

Hasta acá, viviendo sin avaricia, sin ira y sin envidia, todo bien, pero ahora, vivir sin los otros cuatro ¿a que clase de dios hijo de remil putas se le ocurría privarnos de semejantes placeres que no hacen mal a nadie?

Porque yo entiendo que cuando por ahí uno come de más, le estoy privando a alguien de comer, ¿pero en el edén no se supone que habría comida para todos? Fijate, tenés para comer lo que quieras (excepto manzana), pero te tenés que privar del matambre al roquefort que dejaste para el final, porque con lo anterior ya comiste suficiente. O le tenés que decir que no al ultimo pedazo de pizza. Y ni hablar cuando te cocina un amigo, vos no das más, pero él, por último, te trae una bondiolita de cerdo al champignon, pero vos ya estás lleno, entonces no solo que rechazas un manjar, sino que ofendes al cocinero. Eso sería ser un dios bien garca.

O en otra situación, ¿Qué carajo haces cuando te levantas una minita? ¿Le lees un poema? ¿Le cebas unos mates? ¿Le haces un masaje de pies? ¿Y después? Porque todo esto es un excelente aperitivo, pero después, que mierda, ni la paja te podes hacer, porque la lujuria es pecado.

También sé perfectamente que el sexo en el matrimonio no es pecado (aunque dudo mucho si se trata de lujuria o no). Pero imagínense, le hacen la fiestita a su amada esposa, experimentan varias poses, la pasan bomba, pero cuando tu mujer llega al clímax, ese momento en que te aprieta la espalda y se le dan vuelta los ojos, uno no tiene la posibilidad de sentirse el mejor amante del mundo ni por un segundo, porque, oh sorpresa, también esta prohibida la soberbia.

Y por último, estás en un lugar en el que no tenés que hacer un joraca, no tenés que trabajar, no tenés que estudiar, no tenés que cazar ni pescar tu comida porque tenés todo a tu alcance, pero te prohíben la pereza. ¿Qué mierda vas a hacer? Seguro te mandan como en la Alemania de entre guerras, a cavar pozos y después taparlos, para que no estemos al pedo. Si eso es precisamente lo que uno hace en un lugar paradisíaco en donde esta todo a tu alcance (deje para el final la pereza porque es donde más contradictorio encuentro ese lugar).

Para que entiendan, toda esta situación que acontinuación narro estaría prohibida: te levantas una mina, la re garchas como si fuera la ultima vez, la haces acabar 6,7,8 mil veces, te sentís como un dios sexual. Inmediatamente después de eso te quedas un rato largo (si querés te fumas un pucho o un faso, o te tomas una copita de tu bebida favorita) recuperando fuerzas. Pero después del sexo necesitas recargar energía, y por ende -como enseña el gran Filósofo contemporáneo, Fontanarrosa[1]-, te agarra hambre y, por supuesto, tenés que comer, y cuando uno está hambriento no para de comer cuando se llenó, para de comer cuando no le entra más un mísero bocado. Y continuando, como estás por explotar, haces un sobremesa con todos los vasos de fernet que sean necesarios. En esa situación que narré, ¿Cuántos placeres hay?, ¿Los contaron? Bueno, como dije antes, todos, absolutamente todos, en el edén estarían prohibidos

Es por eso que les agradezco, a ambos, por hacer que a los humanos nos echen de jardín del edén, porque no quiero vivir en un lugar donde estén prohibidos esos cuatro placeres. Ese lugar, más que un paraíso, para mi sería por lo menos un purgatorio, aunque sin duda, con el tiempo, sería peor que el mismisimo averno.


[1] Ver el cuento “el mundo ha vivido equivocado”

4 comentarios:

  1. ¿Recomendar una peli en el medio no está un poquito de más, o la productora te pago por hacer publicidad?

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  2. Creo que recomendar una peli no le hace mal a nadie... menos si deja guita (no es mi caso)

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  3. muy, muy, pero muy bueno

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  4. Gracias Jésus, pero me parece que exageraste un pcoo

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